Dagir La asintió y escupió la hoja de boor a un lado.

Apoyaba su cayado en la verde alfombra y rumiaba mientras masticaba hoja de boor.

Meditó las palabras del joven druida y asintió lentamente, al mismo ritmo con que mascaba la hoja de boor.

Dagir La escupió la pasta de boor a un lado, abrió la bolsa de su cinto y llevó otro pellizco a la boca.

Como bien dice nuestro experto, Jakin Boor, la masonería no descansa, señor Novás.

Cotito de Boor queda a unos 30 minutos del pueblo.

Portada del periódico Arriba, en la que figura un artículo firmado por Hakin Boor.

Pero no firmas como Jakin Boaz, sino como Jakin Boor.

Pero nadie le hizo caso, porque Hakim Boor era el seudónimo de Francisco Franco.

Lisa de Boor, Ursula von Kardorff y Willy Reese se consideraban todos ellos antinazis.

Un tal Hakim Boor se empeñó en que a Canalejas lo mataron los masones.

Boores mira, la ve y ella en eso le dice en voz tan alta que puede oírla:

Calogrenante le grita: "¡Ay!, Boores, ¿me dejaréis morir?

Recuerdo que Mamá Boor comentó:

Boores, buen primo, vos que conocéis tan bien mi corazón como yo, ¿creéis que por algo del mundo dañaría a mi señora?

-Boores, replica la reina, cualquiera podrá abandonarme, pero sé bien que vos no lo haréis jamás.