1
Guardaos de codiciar la mujer de nadie del que queráis ser amado.
2
La ley de Dios nos prohíbe codiciar la mujer de nuestro prójimo.
3
Como os he dicho antes, codiciar la mujer o el asno del vecino está muy feo.
4
Nuestros padres y nuestros abuelos sabían que estaba prohibido codiciar la mujer de otro hombre, así que no la deseaban.
5
Donde se ve al ángel convertido en hombre, portarse como un hombre, codiciar la mujer ajena y burlar a su amigo.
6
Lo que más codiciaba la mujer, por encima de cualquier cosa, eran las cabezas de quienes habitaban aquellas casas.
7
No codiciarás la mujer del prójimo, su sirviente, ni su criada, ni el ganado ni nada que tenga el prójimo.
8
No codiciarás la mujer...
9
¿Me juzgarán con más severidad que a ese otro, que siempre ha engañado a sus clientes pero que nunca codició la mujer de su prójimo?
10
¿Por qué hay una regla contra codiciar la mujer de tu prójimo, pero ni una palabra acerca de no codiciar el marido de tu prójima?