Los grandes ojos de Bicket lo contemplaron por sobre un globo de seis peniques, colorpulga.
3
Al verlo, el rey exclamó: "¡Es colorpulga!".
4
Ese hombre, de talle esbelto, de cara apacible, vestía un frac colorpulga y llevaba un peluquín empolvado.
5
Prisionera de sus amistades, María Antonieta también lo será de modas no tan inofensivas como la del colorpulga, tan en boga:
6
En esa primavera de 1782, María Antonieta y Rosa Bertin deciden que el castaño, el colorpulga, el ciruela o el verde amarillento, son anticuados.
7
Había reemplazado su traje de vaquero por un fantástico vestido colorpulga, fabulosamente elegante, y ocupaba la cabecera de la mesa, parloteando en el vacío.
8
Su abrigo acolchado colorpulga armonizaba con aquel lujo, y tomaba rapé de una tabaquera de oro adornada con diamantes...