1
Josep accedió a aquel disparate; llevaba mucho tiempo sin comer paella.
2
El pobre rino no desea hacernos nada malo, solo comer paella.
3
A beber vino, comer paella y ver corridas de toros.
4
Estar sin marido es como comer paella sin garrofón.
5
Nadie viene de España a comer paella colombiana, así como nosotros no vamos a Europa a comer ajiaco.
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Podremos bañarnos en el Mediterráneo, comer paella, ir a los toros...
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A hablar en valenciano, a comer paella, a follar con suecas y a no pensar en nada más.
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Cuando tenían catorce años todos los Puig habían acudido un verano a comer paella y se habían estado bañando allí.
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Vayamos a comer paella.
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El día que yo monte una religión va a ser obligatorio comer paella los domingos, cordero asado los sábados y fabada el viernes.
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El señor Feliu, el pianista sobre el que discutían durante la cena, se acerca algún domingo hasta el piso de las Monterde a comer paella.
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No se puede usted figurar, ayer comió paella, anteayer espalda de cordero.
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Hay diferencias, no creo que Cervantes comiera paella, comenta con ironía la autora.
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Comer paella y pasar la noche con Laura de repente le pareció ridículo.
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La verdad es que no he comido paella en años.
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Como castigo, cuando yo vaya a España no comeré paella, ni gazpacho, ni cocido.
