El Ladrón de Caballos destapó la coronta de maíz y alcanzó la botella.
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Las manos inquietas depositaron tres botellas oscuras, sin etiqueta, tapadas con coronta de maíz.
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El chiquillo se calló y chupaba y chupaba la coronta.
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En el plato solo dejó tres hojas de lechugas y una coronta de choclo.
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Después nos dio una agüita de azúcar tostada bien calentita y el gordito con romadizo dejó la coronta y también tomó.
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Estos antioxidantes, denominados antocianinas, están alojados en los granos y la coronta y son los causantes de la coloración característica de la chicha morada.
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Tal es el caso del agregado Agustín Coronta y el estanciero Nicolás Caminos.