1
Un tajo de su espada bastaría para cortar el bramante de seda que nos mantiene unidos como pueblo.
2
Mientras empezaba a dibujar el plano, busqué en mi bolso las tijerillas de uñas para cortar el bramante.
3
Lo que necesito, Madre, es lanzarme al aire como una cometa, cortar el bramante y volar libre de estorbos.
4
Los dedos del empleado se embarullaron al enlazar la bandeja con un arco de cartón y cortar el bramante que anudaba el envoltorio.
5
Cortó el bramante del cuello con el escalpelo y quitó la bolsa.
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Sacó la navaja del bolsillo y cortó el bramante.
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Corté el bramante con el propio cuchillo del capitán.
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Reiner cortó el bramante de una de ellas y sacó un delgado volumen encuadernado en piel.
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¿Se habría arañado el asesino en un dedo al cortar el bramante?
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Extrajo un puñal de su cinturón, diminuto como un abrecartas, y cortó el bramante que maniataba al futbolista.
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Encendió la lamparita de la mesa, palpó el envoltorio y cortó los bramantes que lo envolvían con una tijera.
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Y con un suspiro que sonó casi a reniego cortó los bramantes que ceñían el paquete llegado de las Filipinas.
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Bolenski temblaba un poco al tomar en sus manos un paquete de pruebas y cortar los bramantes que las sujetaban.
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Por eso recurrió al cuchillo y cortó los bramantes en lugar de deshacer las lazadas y luego volverlas a anudar.
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Mientras unos y otros se morían de curiosidad, monseñor cortó el bramante, rompió los sellos de lacre y procedió a abrirlo.
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Los dejó a un lado con un mohín de impaciencia, cortó el bramante del papel plegado y lo abrió sobre sus rodillas.