La tendencia de un átomo o molécula de un elemento a ceder electrones;la electropositividad es el concepto opuesto a la electronegatividad, ya que los elementos electronegativos son aquellos que tienden a atraer electrones.
Consideremos el carbono, que no es ni muy electropositivo ni muy electronegativo.
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Sería más electropositivo que el cesio, y mostraría un efecto fotoeléctrico aún mayor.
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Mas ¿qué ocurre cuando un elemento electropositivo encuentra a otro?
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De este modo resulta comprensible el carácter electropositivo del litio y, por tanto, el aspecto más importante en el comportamiento químico de este elemento.
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La mayor parte de los elementos tienden más bien a ser electropositivos.
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Otros ejemplos de elementos fuertemente electropositivos son el calcio, magnesio, aluminio y cinc.
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Los más electropositivos son los metales alcalinos, de los que el sodio y el potasio son los representantes más comunes.
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Tales átomos son, pues, "electropositivos".
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Por consiguiente, los elementos químicos tenían que ser electropositivos o electronegativos (consideraba que el oxígeno era el más electronegativo de todos).
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Por consiguiente, los elementos químicos tenían que ser electropositivos o electronegativos (consideraba que el oxígeno era el más electronegativo de todos los elementos).
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Los metales compuestos de átomos menos electropositivos se unen más fácilmente, y algunos terminan por formar asociaciones tan apretadas como las de cualquier compuesto electrovalente.