Él no me preguntó de quién eran, y habló de los escuadristas.
2
Los dos escuadristas que encañonaban a Lawrence no pudieron impedirle hablar:
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Los escuadristas han encontrado pisos deshabitados, camas aún calientes y deshechas.
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Los autos de los escuadristas atraviesan un desierto de piedras y de luna.
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El maestro se conmovió, porque también los escuadristas tenían un corazón.
1
Al mes siguiente, los squadristi asesinaron a Matteotti.
2
Sin embargo, al mismo tiempo, nada hizo para atajar los continuos atentados de los squadristi contra las organizaciones obreras y campesinas.
3
Su madre había muerto al nacer él, y a su padre lo habían matado los Squadristi en el veintitrés.
Uso de escuadrista en español
1
Solo la oyó caer el escuadrista que ocupaba la corona del roquedal.
2
Aparta el fusil del escuadrista y disimula la risa que le da.
3
Mi padre había sido un fascista de la primera hora, un escuadrista.
4
El agitador italiano había sido, en su adolescencia, escuadrista del fascismo.
5
El escuadrista palideció, su rostro se tensó en un gesto de ira mal contenida.
6
Solo un par de preguntas más... ¿Qué hiciste con tu vieja pistola de escuadrista?
7
Fue el primero en toparse con un escuadrista.
8
Pasaván no me suena... Y no puedo creer que a Galicia manden a un escuadrista cualquiera.
9
El chaval es hijo de un conde y escuadrista de Falange desde los primeros tiempos en la universidad.
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El escuadrista apretó las mandíbulas y lanzó una mirada a su compañero, que montaba guardia en el otro extremo del salón.
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El rostro del escuadrista palideció como si se hubiera vaciado de sangre en un instante, Messori apartó la Lüger de su cuerpo:
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Nieves parecía haber estado esperando a que apareciera su marido para despedirse del escuadrista y salir con afectada apatía de la tienda.
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Parece que el cambio se debía al hecho de que, cuando era escuadrista, un comunista le había dado una cuchillada, rozándole el brazo izquierdo.
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En el círculo está también Armanda, la madre del escuadrista Carlino: una viejecita de ojos de conejo y conciencia tan blanca como los cabellos.
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Era un joven aristócrata, turbulento y fanfarrón, con cierto talento para el libelo y la calumnia, una especie de "escuadrista" a lo Malaparte.
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El escuadrista no se preguntó cómo había llegado a averiguar Gaetano que su mujer tenía esa marca de nacimiento, antes de sorprenderla en flagrante pecado.