A sus veinticuatro años, la viuda era dueña de una fortuna incalculable.

Este señor tenía una fortuna incalculable, incalculable, no se puede comprender.

Las repasó una a una, como si cada una encerrara una fortuna incalculable.

Y con ella aquel fabuloso diamante, el tercer ojo, que representaba una fortuna incalculable.

La fábrica es de un escocés que en pocos años ha hecho una fortuna incalculable.

Sobrevivirá, Qin Shang, y su fortuna incalculable seguirá aumentando.

Una fortuna incalculable aguardaba por él escondida en las entrañas de los montes del oeste.

Todo esto debe de valer una fortuna incalculable.

En cuanto a mi identidad, sería Marius el romano, un hombre misterioso con una fortuna incalculable.

Sería tirar por la borda una fortuna incalculable.

Si su marido muriese heredaría una fortuna incalculable.

Se afirma que esconde las piezas de un rompecabezas diabólico cuya resolución conduce a una fortuna incalculable.

Sobre sus hombros descansaba una fortuna incalculable.

Y para que pudiera mantener su cabeza erguida entre los mejores, lo dotó de una fortuna incalculable.

Todo lo merecía aquel buen tío Paco, cuya fortuna incalculable pasara enteramente a poder de la benjamina.

Él tenía sesenta años, cuatro hijos mayores que Merche, dos divorcios a sus espaldas y una fortuna incalculable.