Detalles y siempre más detalles; Napoleón exhibía un apetito insaciable de detalles.
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Tenía siempre un deseo insaciable de su persona: deseo físico y moral.
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La Europa medieval tenía un hambre insaciable de reliquias vinculadas a milagros.
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Nuestra búsqueda de nuevos escenarios y condiciones excitantes era febril e insaciable.
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Pues aun entonces seguía siendo un lector insaciable sin ninguna formación sistemática.
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Sigue siendo un capitalismo voraz que reclama ahora otra forma de conocimiento.
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Sin embargo, confío que no te encuentren muy voraz en el colegio.
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Los norteamericanos eran personas voluminosas con un hambre voraz y coches enormes.
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Disfrutaba otra vez de buena salud y mi apetito era sencillamente voraz.
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No es que fuese un tragón; sencillamente quería ser mi propio jefe.
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Y el tragón de Joxe Mari terminó la suya en dos bocados.
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Mi esposa dice que yo soy el tragón más delicado del mundo.
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Nunca había tenido tanto apetito, no paro de comer, es un tragón.
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Con el dedo tragón hace cosquillas en el vientre de la niña.
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Por el tamaño de su cintura resultaba evidente que era un comilón.
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Es evidente que hay que ser rey para ser un verdadero comilón.
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Era un hombre regordete, de mejillas arreboladas y aspecto de ser comilón.
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Un oso... ¡Es un comilón de pasteles, eso es lo que es!
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Nantwich se reveló como un comilón voraz con pocos modales en la mesa.
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Por fortuna, nuestros pollos son los más tragaldabas que jamás haya conocido Roma.
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Reconozco qué soy un tragaldabas, pero es más fuerte qué yo, ¿qué quiere?
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Edward era un hombre de más edad, de modales tranquilos, y algo tragaldabas.
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A menos que nuestro jodido tragaldabas de coyotes nos esté acechando.
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La señora Mallet no ocultó su desaprobación al ver entrar a los seis tragaldabas.
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Uno, un esqueleto andante, el otro, un zampabollos más ancho que largo.
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Mi padre es un zampabollos y esta casa... ¡Dios mío, qué vergüenza!
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Los insultos de ese golfo zampabollos no me afectaban entonces; me afectan ahora.
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No respondo a las preguntas de los huérfanos zampabollos que no dan propinas.
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No eran los típicos seguratas culos gordos, zampabollos, buenos para nada.
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Goloso y hambrón de escasos recursos, que se ve obligado a alimentarse de sobras.
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El mule es pez muy hambrón que entra con verdadera codicia a la lombriz de mar.
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Este otro hambrón dirigió a gritos un discurso, o lo que fuere, al tumulto, haciéndolo retroceder.
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Maury era tan gordito, tan hambrón y saludable.
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A su lado estaba un periodista hambrón, melenudo, barbudo, vestido con una vieja levita de miliciano.
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El sostén tripero fue Rinaudo y desde allí amenazó a su rival.
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Coma bastante, porque lo que es mañana le sacan el tripero.
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A la decisión del presidente tripero, Gabriel Pellegrino, de no ir por la reelección.
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Un tripero preparaba ya las sopas de ajo del desayuno.
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La Plata, con Gimnasia y el corazón tripero por permanecer.
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Además, el tamaño de la porción es para complacer al más comelón.
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Sus profesoras en el Colegio 'Verbo Divino' lo recuerdan inquieto y comelón.
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Se caracteriza por ser un niño engreído, comelón, pero muy estudioso.
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Leer más ¿Quién ganó la competencia del comelón de tamales en San Pedro Perulapán?
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Así que me toca trabajarle duro y con fe porque Patricio me salió comelón.
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Siempre seré el mismo: bebedor, indiscreto y, por si fuese poco, zampón.
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Traté de pedir permiso pero me creyeron un zampón.
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El zampón busca comida en sus sueños, el avaro fantasea con dinero, el vanidoso con espejos y el agraviado con venganzas.
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O sea que cualquiera podría ser un zampón...
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Seguro que se imagina que se lo han llevado los zampones.
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Entre todos los mozos de Entralgo no hay ningún zampatortas más que él.
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Goya, como pintor de tres aristócratas zampatortas, no interesa.
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Por todos los dioses ¿por qué tengo que lidiar yo con un bellaco zampatortas cara de cerdo?
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Las Morenas miró con desprecio al canónigo, representante de esa clerigalla acomodaticia y zampatortas que vende su primogenitura por un plato de lentejas.
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-¿Quéme dices de esos zampatortas amigos tuyos, la Gorda y el Feo?