1
Con estas palabras, pronunciadas con gran severidad, el príncipe finalizó su discurso.
2
En Mondragone, Augusto La Torre había administrado el poder con gran severidad.
3
Cada uno de ellos estaba siendo probado, y probado con gran severidad.
4
Desde el comienzo lo afectaron las deserciones, que trató con gran severidad.
5
El rey miró alternativamente a uno y a otro con gran severidad.
6
Espiar a los druidas se consideraba una falta grave, castigada con gran severidad.
7
Son las acciones y los pensamientos lo que se juzga con gran severidad.
8
Tuvo que seleccionar el material y lo empleó con gran severidad.
9
La gran severidad, inexorable, debe guardarse para los equívocos que ofendan el pudor.
10
Con gran severidad y una calma que la volvía casi amenazadora, me respondió:
11
Mas de pronto su frente se arrugó; su fisonomía expresó una gran severidad.
12
A veces lo hacía con gran severidad, azotando a los culpables.
13
Sentía que alguien debía ser castigado por todo ello... castigado con gran severidad.
14
Lo cierto es que lo estaba juzgando con gran severidad.
15
Jesús levantó entonces su brazo hacia Pedro y con gran severidad recriminó su acción:
16
No hay muas-muas para mí: me habla con gran severidad.
