El rugido del viento era horriblemente familiar, cargado de una hueca amenaza.

Había algo horriblemente familiar en su manera de correr, cojeando un poco.

En el despacho había un olor vago y extraño, pero horriblemente familiar.

Mientras lo esperaba, oí una voz horriblemente familiar en el portal.

El hombre que me sujetaba gritó con una voz horriblemente familiar:

Cuando aquella aparición horriblemente familiar gesticuló, la gente retrocedió con nerviosismo.

Le resultaba horriblemente familiar, pero no era la sonrisa de Simon.

Todo es tan horriblemente familiar y, para Kendall, mil veces peor.

Lo di vuelta, porque me pareció ver algo horriblemente familiar en la tapa.

Había una cara horriblemente familiar mirándolo por encima de una caja de cartón.

Vuestro grito, de incredulidad al principio, se vuelve luego horriblemente familiar a tus oídos.

De pronto les llegó un pitido horriblemente familiar desde los restos retorcidos del robot.

Pero todo es horriblemente familiar: arriates sin flores, hierba mojada y grises nubles bajas.

Una sensación horriblemente familiar de su pasado lo inundó; la sensación de una exclusión desoladora.

Aquella voz suave e insidiosa me resultaba horriblemente familiar.

El brillo de sus miradas le resultaba horriblemente familiar.