Se casó con un indiano rico que se llamaba don Matías Lacasa.

Para todas las víctimas, don Melitón Miñambres no pasaba de ser un indiano rico y excéntrico con ideas extrañamente revolucionarias.

Luego vaciló en pasar por indiano rico o por vendedor de drogas y de artículos de perfumería, y se decidió por esto.

Se casó con un indiano rico, Ibarra, que había hecho su fortuna en México, y que era un hombre ignorante y fantástico.

La mayoría acudía atraída por la aureola del indiano rico, aquel que había convocado a medio París a un inolvidable baile de disfraces.

Una fría tarde de invierno, luego de remontar una larga cuesta, llegué hasta la entrada de una mansión construida por un indiano rico.

Esta señora, cuando era señorita, parece que era bastante guapa, y se casó con un indiano rico, que se llamaba don Matías Lacasa.

Estuve con él esta mañana, y dice que no piensa vender las tierras de su padre a un indiano rico por muchos millones que tenga.

Algunos indianos ricos duermen sobre sus lauros comerciales en media docena de viviendas pulcras y cómodas.

Hacían ruedo frente a Don Juan los pasajeros, indianos ricos, mujeres mestizas, marineros y algunos indios.

-¿ Ylade Mamed Casanova, que se vestía de indiano rico muerto y enterrado?

Y nuestra familia vivió holgadamente durante siete generaciones, hasta que aquel orgullo de indianos ricos desapareció con el último abuelo Antonio.

-Sí ;perohay unos mausoleos de confitería bastante ridículos y aparatosos, hechos por familias de indianos ricos.