Significados de juerguista en español

Sector minero inquieto por decisión de Prodeco de parar explotación de carbón

Tampoco respondió a esta pregunta, pero parecía inquieto; se limitó a decir:

Me siento perturbado; lamento no portarme bien; ciertas cosas me tienen inquieto.

Se trata de tu familia; es lógico que estés inquieto por ellos.

Sin embargo, Oliver estaba inquieto; había organizado aquella cena para obtener información.

Ningún yo futuro me ha animado a seguir insistiendo de ese modo.

Durante un breve periodo es difícil no sentirse animado por estos avances.

La propia urna parecía un objeto animado a pesar de su contenido.

Sin mediar tiempo ni esfuerzo, ambos se enfrascan en un animado debate.

Sin embargo, fray Hugo estaba animado por un cierto espíritu de aventura.

No es preciso ser un calavera para flaquear en un caso así.

Otra explicación posible era que Kipper fuera simplemente un calavera, un juergas.

Sin embargo, no parecía dispuesto a permitir la entrada a la calavera.

Aquella calavera reía sin parar, como si le divirtiera profundamente la situación.

A su derecha una calavera cuya antigüedad se remontaba a varios siglos.

Durante los últimos meses había pasado el tiempo entretenido en diferentes actividades.

Es absurdo criticar al señor Wallace por habernos entretenido y emocionado demasiado.

Un titulo intrigante para un entretenido ejercicio de inteligente observación y deducción.

Lo próximo que dirás será lo entretenido que resulta todo este asunto.

A veces el campo y en esta época de verano resulta entretenido.

Se trata del único concierto de pago que incluye el programa festivo.

Quizá por eso no reinaba un ambiente demasiado festivo entre la población.

Sin embargo el ambiente previo a la visita del Papa era festivo.

Sin embargo, el estado de ánimo nacional estaba lejos de ser festivo.

Jabba, junto con su festivo grupo, se desplazó al puente de observación.

El asunto es demasiado escandaloso y pide justicia a voz en grito.

Me parece escandaloso el modo como estoy siendo tratado por su colega.

Sin embargo, debo admitir que en ese punto el fracaso fue escandaloso.

Aún hoy, es probable que ninguno de mis colegas lo encontrara escandaloso.

El caso más escandaloso es el referido a los informes de explosivos.

Aquí reinaba un cuadro totalmente distinto al del bullicioso barrio del mercado.

Sin embargo, jamás hubiera esperado encontrarla en el bullicioso mercado de Basilia.

Por aquella época, Londres era un fantástico y bullicioso pozo de humanidad.

Sin embargo, sus gritos quedaron sepultados bajo el bullicioso ajetreo del puerto.

Intentó seguir su camino, pero el bullicioso grupo le impidió el paso.

Por supuesto, yo también estoy cachondo, pero mi nombre sigue siendo Cal.

Aquello era algo serio: muy bien escrito, muy elegante, y notablemente cachondo.

Pero siempre que le da por hablar de Francia, se pone cachondo.

No creo que le pusiera cachondo ver a su posible suegra muerta.

Así que ponerse cachondo y pesado en la primera cita está descartado.

Era un tipo menudo con un grueso labio superior y aspecto pendenciero.

Había sido el puerto más pendenciero, ruidoso y pecador del mundo occidental.

Así que mi comportamiento pendenciero le cayó en gracia a aquel cazador.

Venía de un mundo pendenciero, de gritos e insultos, promesas y protestas.

A medida que seguía bebiendo se ponía un poco agresivo y pendenciero.

Aquel alborotador levantó los ánimos en Cuba y pretende hacerlo también aquí.

Allí, en su círculo, no era tímido: al contrario, parecía excesivamente alborotador.

Ned Barker era un zanquilargo, atolondrado y alborotador; había cumplido catorce años.

Los periodistas aullaban protestando mientras los agentes uniformados se llevaban al alborotador.

Todos se mostraron de acuerdo en que siempre había sido un alborotador.

Recordó que al principio lo había tomado por un vividor sin ataduras.

Cuentas en Suiza, cuentas en Trieste a nombre de Valeriu, el vividor.

El libanés perdió de pronto su aspecto de vividor, despreocupado y alegre.

La leyenda también lo describe como un vividor y un gran bebedor.

Y, sobre todo, una fácil y magnífica presa para el astuto vividor.

Pero no es que fuese revoltoso en el colegio; era una nulidad.

Tendremos que libramos de este joven revoltoso, y lo más rápido posible.

Mientras tanto el tiempo se tornaba cada vez más y más revoltoso.

Con toda certeza, aquel animal rebelde y revoltoso no les pasaría desapercibido.

Así que me tocó mirar con vigor al Este, alumbrado y revoltoso.

No obstante, Luis XIV tenía su lado tarambana, ¿quién no lo tiene?

Tal vez algo tarambana para la imagen que deseaba presentar la familia.

Guillermo de Torre, aquel tarambana que hablaba con palabras esdrújulas, se entrometió:

Puede parecer algo tarambana, como su padre, pero es todo lo contrario.

Era un tarambana, bebía demasiado, como he dicho, pero no tenía maldad.

El noctámbulo presumía de poseer una intuición clara de los acontecimientos políticos.

En este momento tomó la decisión de saber quién era el noctámbulo.

Mi segunda patrulla de noctámbulo se desarrolló con una finalidad más precisa.

Y podría darle a un noctámbulo antes de que acabase el partido.

Él también es noctámbulo, y propongo que sea miembro de nuestro Nightclub.

Un guardia que no puede conciliar el sueño y un papa trasnochador.

No era el médico ni, demasiado bien lo sabía, el famoso trasnochador.

Se quedó toda la noche, lo que se llamaba un cliente trasnochador.

Hay un momento en que ya no puede uno dejar de ser trasnochador.

Pero no nos ha podido decir a qué cuarto se dirigió el trasnochador.

Él se graduó un par de años después; siempre fue un fiestero.

Ese tipo de ambiente fiestero no era lo que más le gustaba.

Jamie era un fiestero, pero no iba a la Milla de Oro.

Y en contraposición, también estuvo el bloque fiestero con Viva la vida.

Y no confundas a este filósofo trasnochado con el típico fiestero, tío.

Muchos tienen un mensaje sublime, otros, de vacilón o alegre o navideño.

Entré por vacilón, no tapo mal y me quedé ahí un tiempito.

Y solo quiere que le paguen el vacilón de sus favores erectos.

Paró el coche, sacó la botella y se la enseñó gritando, vacilón.

Me gusta más tu lado vacilón, este tan ñoño no te va.

Se trataba de un grupo bullanguero con tendencia a la gesticulación exagerada.

Ahora Wapshot Avenue es una calleja de pueblo bullanguero más al sur.

Circular y moverse por la ciudad resultaba caótico en ese ambiente bullanguero.

Bajó definitivamente, porque nada le salía a derechas, por súbito y bullanguero.

Siempre risueño, siempre animado y bullanguero, era el ídolo de la cárcel.

Y las ropas tendidas confieren a todo aquel lugar un aire verbenero.

Para ser alguien que viste como un putón verbenero, parece completamente naíf.

Era camata, o recogía vasos, o estaba de putón verbenero buscando pringaos.

Con espíritu festivo y verbenero, mucha gente joven, otros ya maduros, muchas mujeres.

Y cierto aire verbenero unido a un instinto heroico sin disciplina.

A los pocos minutos apareció muy marchoso con el espantapájaros al hombro.

El Niño de Benamejí, aparatoso y marchoso, echando humo, encaró al clérigo:

Con andaluza jactancia, sacó la voz y el cuerpo un viejo marchoso:

Creo que se convirtió en un tío muy alegre, marchoso de veras.

Su voz era más fuerte y segura y parecía muy sociable y marchoso.

Durante las últimas tres semanas, el 509 había adquirido reputación de jaranero.

Aunque soy un buen jaranero, en estas ocasiones quedaba ensombrecido por Biffy.

Al principio, siguiendo el modelo de mi padre, era alegre y jaranero.

Era jaranero, feroz, atrevido, alegre, con esa pasividad propia de los orientales.

Era de carácter jaranero y no soportaba ver a Algonde apenada.

Jago era muy parrandero; le gustaba la diversión como al que más.

Era un borrachín y un parrandero conocido en toda la zona fronteriza.

Más de un parrandero se había desmayado solo con aspirar los vapores.

Mi papá nunca fue un músico profesional, pero era un parrandero increíble.

Era un joven serio, nada mujeriego o parrandero como los otros.

Tiene buena técnica, pero es un follonero y siempre le he gustado.

Dijo que eras el marino más tramposo y follonero del mar de Noruega.

La diferencia entre un follonero civil y un follonero militar era muy grande.

Se le conocía más por ser un personaje burlesco y follonero.

Ahora era un perdedor follonero y Clancy suponía que así Kreb se sentía realizado.

Del barrio La Mondiola sos el más rana Y te llaman garufa por lo bacán.

ETCÉTERA La garufa Sigue la nueva milonga dentro de la agenda tanguera de la ciudad: La Garufa.

Todo ese circo es para tapar la realidad, que es que se va de garufa a recorrer el mundo con el dinero de los salteños.

Garufa llegó antes que todos en la ubicación adecuada: enfrente del mercado popular.

Garufa tenía razón, pero inesperadamente, tras breve porfía, nos dio permiso.

Autor de temas como Cali, el pachanguero y Gotas de lluvia.

Ese día se deberá bailar Cali pachanguero en todo el mundo.

Sale ese cantante tan renombrado que forma parte del bonito conjunto pachanguero Los Tres Tenores.

Por eso explica que el salto a la fama lo dio cuando grabó Cali pachanguero.

Por eso, explicaba que el salto a la fama lo dio cuando grabó Cali pachanguero.

Por fin, se dio carpetazo al alargado periodo de sesteo y vaivén festero.

Y la lucecita verde dejó de parpadear su tiovivo festero.

A cambio de instalar las diferentes casetas, el ente festero obtenía un porcentaje de los beneficios.

Se alejaban, susurrándose palabras amorosas, del bullicio macabro y festero de los veladores de las ánimas.

El protagonismo del exresponsable festero ha evidenciado nuevamente que su testimonio esclarecerá lo ocurrido durante estos años.

Tu cerebro dice "anda a acostarte, has tenido una semana tremenda", pero tu lado farrero te ordena bajar e intentar pasarlo lo mejor posible.

Buen día en el vall farrera, haciendo algún primer descenso con los chicos.

La música siempre la atrajo, pues asegura que va con su personalidad: extrovertida y farrera.

Farrero se quedó sorprendido al oír aquellas palabras.

Farrero decidió mantenerse callado hasta que llegaron a Boí, con el frío metido en el cuerpo.

Asiste deleitado y nada hace para ocultarlo, el muy farrista.

Tú marido fue el colmo, hijita, un famoso farrista.

Salimos y nos fuimos a otro lugar, comentó el integrante del grupo farrista de la vedette.

Tenía pasión por ese hijo literato y farrista.

Me han hecho una fama de calavera y de farrista en Lima, a mí, que he sido siempre tan formal.

Usted, que viene a investigar, es el peor bochinchero que yo haya encontrado.

Marcos Lazaga sacó su lado más conocido: el bochinchero.

Imaginé qué pasaría si algún bochinchero -sindicalista, indigenista o de cualquier índole- intentará bloquear estos caminos.

Ya estaba amaneciendo prácticamente cuando fray Antonio y un grupo bochinchero de vecinos avanzaron dando tumbos por la calle.

En la última fecha, varios agentes resultaron heridos por ataques de bochincheros.

El hijo, Gonzalo, es, como su padre, zaragatero, calavera, charlatán e inteligente, cuando se propone serlo.

Raúl era aparentemente cariñoso y zaragatero y muy palabrero cuando le convenía, pero en el fondo, egoísta, cínico y frío.

Pero el zaragatero Watts parecía describir más de una pelea de ese tenor; ¿habrían combatido los blancos en muchas grandes contiendas?

Con todo lo difíciles que fueron aquellos años, no estuvieron desprovistos del humor zaragatero que siempre había caracterizado la vida en el Oeste.

La fiebre tifoidea la trataban con dieta vegetal, limonadas y enemas de agua zaragatera salpicada de vinagre.

Revilla era un amigo suyo, fotógrafo e hijo de fotógrafo avilesino, también parrandista del cine.

Ya casi había anochecido cuando los parrandistas comenzaron al fin a dispersarse.

Los parrandistas estaban comenzando a cansarse, transpirados, y sentían las piernas pesadas.

Creo que algunos parrandistas debieron de regresar bastante tarde al enclave.

Solo un ocasional vistazo lateral de otros parrandistas marcó la presencia del vampiro.