Debe de tener la mano flácida, como una medusa muerta y pegajosa.

Éste cedió sin oponer resistencia, dejándose aplastar como una medusa muerta.

Cualquiera lo habría confundido con una medusa muerta secándose al sol.

Estaba desmadejado y lleno de arañazos, como una medusa muerta.

Una mañana aparece flotando en el retrete, como una medusa muerta, un condón usado.

Empujó una medusa muerta con la punta de la bota-

Bajó la vista y vio una medusa muerta, encogida.

El trapo cayó al suelo como una medusa muerta dejando a la vista el King Cobra.

Tomó mi mano, y al estrecharla me pareció apretar los pétalos húmedos de una medusa muerta.

A mis pies, de repente, sobre una de ellas, su vestido blanco, como una medusa muerta.

Le quité las lentes cerebrales; eran pequeñas, cálidas, resbaladizas como pedazos de una medusa muerta al sol.

Vi una medusa muerta en la playa.

Entre los papeles posados en la almohada despuntaba la medusa muerta de unos cabellos casi tan blancos como ellos.

La viuda palideció, pero hasta tal punto que su piel le recordó al comisario la de una medusa muerta a orillas del mar.

Le contestó con evasivas y vaguedades, dedicándole una sonrisa postiza que le dejó una sensación gelatinosa, fría, de medusa muerta dentro de la boca.

Félix sintió que lo reducía a gelatina, como si le hubiera sorbido los huesos del cuerpo y lo hubiera dejado laxo como una medusa muerta.