Aquello es como un nido de urraca, o la cueva de Aladino.

Parecía un nido de urraca, tal revoltillo de cachivaches había en ella.

Que le quitasteis el condado y le disteis un nido de urraca como vivienda.

El bergantín había atracado mientras él continuaba pensando, en lo alto de su nido de urraca.

Tanto más que en un nido de urraca de tamaño normal ya fueron encontrados coches de juguete.

Iba muy maquillada y, como siempre, su pelo parecía un nido de urraca, un revoltijo de mechones rubios maltrechos.

En el camino vieron sobre una acacia, un nido de urraca y Vincent, prometió al niño buscarle huevos de pájaros.

Al verlo junto al prendedor de Spica, le había parecido un huevo, un huevo totalmente normal en un nido de urraca.

Se desnudó y tendió en la litera, decidido a agarrarse firmemente a la esperanza que había encontrado en el nido de urraca.

Tenía anudado el cabello en un moño con forma de nido de urraca y vestía una túnica floreada hecha de lana verde.

Y eso es lo que hacía, en especial cuando esa primavera descubrí que en lo alto del árbol había un nido de urraca.

La terraza acristalada, donde me sentaba a mirar los abetos de la linde del bosque y el solitario pino con un nido de urraca.

Seguro que, al adoptar esa actitud de vigía en su nido de urraca o de capitán de barco ballenero, algún ingenuo lo hubiera considerado importante.

La mayoría de las tiendas semejaban nidos de urraca.

Hablaba de los nidos de urracas, que son tan difíciles de coger, y lo arrastraba.

Había estado en un campo, cocinándose al sol, durante cuatro años; era un nido de urracas.