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Olía a océano y las ráfagas de aire sacudían los olivos centenarios.
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La cabra, al igual que aquellos olivos centenarios, pertenecía a Don Casabianca.
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Mernoc y Odran se detuvieron en una pequeña explanada rodeada de olivos centenarios.
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Se alejó de las ruinas y regresó al vehículo por entre los olivos centenarios.
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Por la otra punta de la sala salieron a una alameda de olivos centenarios.
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Alrededor del agua con miles de reflejos, se alzaban olivos centenarios con troncos nudosos y hojas verde plata.
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El terreno se deslizaba en una suave pendiente y en él abundaban las formas retorcidas de los olivos centenarios.
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Tomaron un camino lindante con el sanatorio, bordeado de olivos centenarios, cipreses, almendros y pinos retorcidos por el viento.
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En tanto el mar se escondía entre los pinos, iban quedando atrás abismos blancos a la sombra de olivos centenarios.
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Mientras volvía sobre mis pasos entreví, entre los troncos de los olivos centenarios, al pastorcillo que llevaba a apacentar sus cabras.
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Había leído que en Italia había olivos centenarios y aldeas en las montañas que no habían cambiado mucho desde la Edad Media.
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Luego dio unos pasos hacia delante y le lamió la mano antes de retirarse a la sombra de los tres olivos centenarios.
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Tenía una mirada tan limpia como su clámide y parecía pertenecer a aquel lugar tanto como el riachuelo o los olivos centenarios.
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Un día, extraviado entre olivos centenarios, descubrió a Calígula y a su hermana Drusila haciendo el amor con una exaltación sin igual.
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Las restantes fotografías ilustraban un pueblito de casas primitivas, de escarpadas colinas que bajaban hacia el mar en terrazas cubiertas de olivos centenarios.
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La finca tenía unas vistas magníficas al mar, y estaba rodeada de un pequeño jardín de olivos centenarios y plantas aromáticas de lavanda.
