Aprovechando el impulso, el orador berreó su poliglotismo de pacotilla:
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Porque ese poliglotismo de las ideas era infinitamente más que uno de los idiomas.
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El tercero, al fin, se confió al poliglotismo de Roberto.
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Y, verdaderamente, con sus naturales disposiciones para el poliglotismo, hizo progresos muy notables, que maravillaron a sus familiares.
5
El verdadero don de lenguas del Paracleto: primero una, la tuya, luego el bilingüismo, después el poliglotismo, por fin, la universalidad.
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Hacía esfuerzos para que, en aquel poliglotismo tan falso como aturullado, no se me escurriera alguna ráfaga del inglés roto que de Rosalinda había aprendido.
7
Constato que el poliglotismo de estos hijos de padres muy viajeros se ha incrementado, y que el alemán, otrora algo desdeñado, ha subido en cotización.
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-Notengo nada más que decir -respondióJacques-;tu poliglotismo me confunde.