El conde se desabrochó el cinturón porque le presionaba en exceso el estómago.

Reconocía que los presionaba en exceso, pero era por lo mucho que les quería.

Si la presionaba en exceso, Helen se cerraría por completo.

Nunca la presionaba en exceso y procuraba poner fin a cada uno de nuestros encuentros antes de que llegaran demasiado lejos.

Algo que celebraron sus vasallos, pues la reina era pródiga con sus allegados y, en cambio, presionaba en exceso a los súbditos con gravámenes.