Maldita sea, eso equivale a proclamar a gritos que soy un confidente.

La detención, desde luego, equivalía a proclamar a gritos que Hsueh era el responsable.

Sus manos se empeñaban en aferrar los coágulos, y ella en proclamar a gritos:

Rabiaba en silencio, maldiciéndome por proclamar a gritos lo que todavía debía permanecer en secreto.

Su pecho se hinchó de orgullo y sintió deseos de proclamar a gritos su euforia.

Edward hubiera querido proclamar a gritos que la amaba por ella misma, pero no pudo.

Ginebra deseó proclamar a gritos desde los tejados la fe y la sinceridad de su caballero.

Era la necesidad de vivir, e incluso de proclamar a gritos el triunfo de la vida.

Se sentaba erguido y orgulloso, asimilando cada palabra impertérrito, aunque deseaba proclamar a gritos su inocencia.

Quiero salir a bailar a la calle, proclamar a gritos esta buena noticia desde los tejados.

Hubiera querido proclamar a gritos la verdad.

Hubiera querido proclamar a gritos su inocencia, la pureza de sus propósitos, la bondad de su corazón.

Quería proclamar a gritos su cólera, pero solo le salió un crujido de los ya entumecidos labios.

Pero de nada le servirá proclamar a gritos todo eso -añadióGarth, dando una palmada a la carta.

Los demás eran bisoños que, sin dejar de proclamar a gritos que se rendían, uno tras otro, fueron cayendo.

En el tablón de anuncios, un guante del invierno anterior que nadie había reclamado parecía proclamar a gritos su existencia.