Poco a poco, la rebelión jonia fue perdiendo fuerza.

La rebelión jonia se había iniciado con un verdadero golpe de efecto: el ataque sorpresivo a Sardes, la capital de Lidia.

Hasta entonces nunca nos había hablado ni de sus padres, ni de la rebelión jonia, ni de la quema de Mileto.

Les recordaba que los jonios eran sus descendientes y la causa del odio del rey persa, debido a la rebelión jonia.

Sin embargo, al poco de aplastar la rebelión jonia, los persas enviaron una flota contra los griegos, que naufragó frente al monte Athos.