Mari-Juana se revolvió muy lentamente, sin duda para no romper el sortilegio.

Para mí, tú eres el candidato a romper el sortilegio.

Esto bastó para romper el sortilegio, y los demás avanzaron como un solo hombre.

Solo una infusión de nenúfar podía romper el sortilegio.

Dinero etéreo, ya ve usted... Y nadie se plantea ninguna pregunta, para no romper el sortilegio.

Debía romper el sortilegio con prudencia y habilidad.

Encontrar un medio de romper el sortilegio que ella lanzó sobre él y abrirle los ojos.

No quería hablar, no quería romper el sortilegio.

El espacio se interpuso, y acertó a romper el sortilegio que el tiempo no había podido atajar.

Pero antes es preciso romper el sortilegio.

La única salida era romper el sortilegio.

Para desvestirse habría tenido que alterar aquella prometedora postura de sus cuerpos y arriesgarse a romper el sortilegio.

Se quedaron con los dedos entrelazados, en silencio, como si tuvieran miedo de romper el sortilegio al hablar.

Me necesitas para romper el sortilegio.

No quería romper el sortilegio.

Entonces, para romper el sortilegio de la pereza, se debe ir al encuentro de estímulos más fuertes y emociones más excitantes.