Significados de sacacuartos en español

En otros países hay políticas para evitar que proliferen estas viviendas parásito.

Éstos incluyen no solamente el parásito solitaria, sino también formas vivientes libres.

Tenía que haber pruebas, así que diseñó un segundo modelo del parásito.

En algunos casos, puede ser una especie de parásito del más desarrollado.

Rappaport replicó que todo el reino animal era parásito del reino vegetal.

Era un pegote de papel aplanado que le cabía en el puño.

Y saltó a un lado al tirarle Dolly un pegote de tierra.

Descendí pues, chupándome los brazos para quitarme el pegote que me fustigaba.

No ese pegote de pizza americana con varias capas de queso pegajoso.

En cuanto a la hierba en sí, no nacía de un pegote.

Hay dos maneras de abordar el delito: con cautela o con caradura.

Siempre había sido un poco caradura, pero ahora era sencillamente un desvergonzado.

O acaso fuese el envidiable efluvio de la ambición juvenil, vulgo caradura.

Un caradura que dilapidará el patrimonio de los Mendoza en un santiamén.

Intenté hablar con Margopierre pero la muy caradura ya se había ido.

Recordó que al principio lo había tomado por un vividor sin ataduras.

Cuentas en Suiza, cuentas en Trieste a nombre de Valeriu, el vividor.

El libanés perdió de pronto su aspecto de vividor, despreocupado y alegre.

La leyenda también lo describe como un vividor y un gran bebedor.

Y, sobre todo, una fácil y magnífica presa para el astuto vividor.

Paseaba un mal gorrón paseando la mano por el pecho y decía:

En tu cama encontrarás una carpeta con información relacionada con ese gorrón.

El soldado Alton More era el maestro gorrón de la Compañía E.

Vengo a ver si me paga ese mendigo gorrón que vive aquí.

Alto, delgado, pelo largo y barba sin cuidar, un tío algo gorrón.

En su primera jornada de pedigüeño invidente ganó cincuenta y tres libras.

Finalmente, Achamian sería algo más que un pedigüeño blasfemo en su mesa.

El pedigüeño se tapó la cara con los brazos aunque demasiado tarde.

Nicholas, y Taylor se metió de nuevo en el papel de pedigüeño.

Se consideraban ricos de espíritu y me trataban como a un pedigüeño.

Y era un vasito con el chupón, contó Bo en dicha ocasión.

Estaría bien que fuera un poco 'chupón', significaría que está cogiendo sensaciones.

Quitó el chupón del biberón, mientras el agua salía con fuerza.

Algunos ancianos tienen tan buenos recuerdos que no han olvidado su primer chupón.

Iban a ver al duque, aquel afectado y libertino cortesano chupón e indolente.

En cambio logré una sólida reputación de vago y de sablista.

La panameña demostró una clara superioridad frente a la sablista japonesa

Puede que fuera verdad y puede que fuera habilidad de sablista.

Conocía por casualidad a un holgazán, un sablista con antecedentes penales.

Usted es un sablista culto, hermano John, pero no me importa.

El chupóptero gigante sacó el aguijón de golpe y salió volando.

Ese chupóptero estaba dando mucha guerra hasta ese momento, no puede acabar como un mosquito aplastado.

Zapallo lo miraba con curiosidad, dichoso como un entomólogo que acaba de ensartar un insecto chupóptero rarísimo.

Ahora, la empresa la dirige el comité de empleados con un chupóptero que les ha enviado el sindicato.

Lo único, que es un chupóptero.

Cabeza de Mierda, aquí presente, el famoso sacadineros, tiene ya dos avisos.

Ese sacadineros vino en mi busca hace unos años con la misma copla.

De centro recreativo se ha vuelto un sacadineros.

Esto de los hoteles es un sacadineros.

Tú me entiendes, ¿a que sí?, sí, seguro que sí... Un sacadineros o un pagacomisiones a los corruptos.

Decían que era agarrado y gorrista, que siempre se dejaba convidar.

Un verdadero gorrista, pero algo simpático, y parece ser que está empeñado en ello.

Bien, he presentado la dimisión de gorrista.

La pagó de su bolsillo, pues no le apetecía salir del café ni con reputación de gorrista ni adeudando favores.

Una vez allí, el propietario se pone a excavar el refectorio, mientras que el gorrista finge dormirse inocentemente en lo alto de la bola.

Un buen sableador emprende su tarea como un buen delincuente.

El prestador ideal es el realista, que sabe que mañana la situación puede invertirse y el sableador pasar a ser prestador.

No el soñador utópico de una imposible Arcadia, sino el práctico y realista sableador de los ricos para beneficio de los pobres.

A principios del siglo pasado vivía en Madrid un poeta llamado Carrión, bohemio empedernido, parásito inevitable, sableador incurable que siempre estaba a la cuarta pregunta.

Los sableadores devoran también las larvas y huevos de sus anfitriones.

Aceptó el inicuo mogrollo ese trato al parecer horrible, y el ayuno Félix embistió luego con gran decisión con platos diversos y vinos diferentes.

-Toma ,quédatelo ;aunqueviendo lo mogrollo que eres, nadie diría que has heredado hace poco.

¡Para que vengan unos cuantos mogrollos a beberse mi vino y comer gratis a mi costa!