1
El sacerdote enmascarado tiró del asa de la tapa del arca.
2
El sacerdote enmascarado se inclinó sobre mí, con los ojos cuajados de lágrimas.
3
Le puso el amuleto en la mano y salió corriendo detrás del sacerdote enmascarado.
4
El sacerdote enmascarado bufó, después se giró en redondo y se alejó con paso colérico.
5
Había un segundo sacerdote enmascarado cerca de la puerta.
6
Rezongo miró con el ceño fruncido al sacerdote enmascarado.
7
Fue el sacerdote enmascarado el primero en quitarse la túnica y abalanzarse sobre la adolescente.
8
Entonces, tal y como había hecho con los dos nativos, el sacerdote enmascarado se inclinó hacia delante.
9
El sacerdote enmascarado profirió una risa seca.
10
Ahora bien, ayer noche mi esposa creyó ver al sacerdote enmascarado asomándose por su ventana...
11
El estoque cayó de manos del sacerdote enmascarado, muchos de los bailarines se desplomaron en tierra y los otros se detuvieron como embrujados.
12
Por encima de él se alzaba el repugnante sacerdote enmascarado del Pueblo del Río, que empuñaba un cuchillo en una de sus manos.
13
Con todo, continuó agarrándole con fuerza el brazo que empuñaba el arma y se dejó caer con todo su peso encima del sacerdote enmascarado.
14
Tras ellos se formó la corte de las divinidades, manifestadas por los sacerdotes enmascarados.
15
Tan pronto habían acabado de vestir al segundo, entró uno de los sacerdotes enmascarados.
16
Obviamente, los sacerdotes enmascarados habían desaparecido por aquel pasillo.
