La pálida corteza del saucecabruno recuerda a alguna formación geológica bajo la luz de la linterna.
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Dejando al margen mis pies y mi ropa mojada, el aire olía sobre todo a humo de saucecabruno y a madera antigua.
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Y el saucecabruno, hasta el saucecabruno, esa hierba tan común, se convertía en una belleza color blanco verdoso que olía a miel amarga.
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Como colorante, se había utilizado un sencillo tinte orgánico, probablemente extraído del saucecabruno (Salix caprea) o cualquier otro tinte vegetal igualmente inofensivo y aburrido.
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Abriéndose paso por entre un grupo de prietos saucescabrunos, Pascoe alcanzó la orilla.