Miss Lucy R. no caía en estado de somnambulismo al intentar con ella la hipnosis.
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Su gran sugestibilidad en el somnambulismo se hallaba, sin embargo, muy lejos de constituir una falta patológica de resistencia.
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Más graves todavía me parecen las anécdotas relativas al somnambulismo, y que los autores se transmiten piadosamente, aunque choquen con sus propios principios teóricos.
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No era dormir profundo, sino una especie de somnambulismo, en que las percepciones de la vida exterior se amalgamaban con el delirio de la fantasía.