Significados de tarrago en español

Bebed agua en la que hayáis hervido hojas y tallos de acedera.

Yo corté una hoja de acedera y se la mostré a Rosmarie.

La sopa contenía yogur y acedera, y tenía un claro gusto amargo.

Bebé no tardó en dormirse a la sombra de una acedera rizada.

Janisette pasó el resto de la velada bebiendo acedera con ron fuerte.

La imagen de Venezuela en el mundo se agrieta cada vez más.

Bajo la presión del Poder, el yo se agrieta y se parte.

Mueve los cimientos, agrieta los muros, dispersa las ideas, estorba los intereses.

Cuando un arco es débil, se agrieta de un modo muy característico.

El grueso cristal se agrieta y explota; el líquido ambarino se desparrama.

Deseo que lo chupes... no, Shahar, no preguntes cuáles son mis motivos.

Y por tu bien espero que me la chupes como es debido.

Y ya verás, cuando me lo chupes, crecerá hasta llenarte la boca.

Por el camino le preguntarás si quiere que le chupes la polla.

Te dejaré que chupes la mía, y entonces sabrás lo que es bueno.

En la Hacienda crecían zanahorias, coles, patatas, cebollas, acederas e incluso lechugas.

Se volvió hacia Nora- :Sonacederas cocidas con leche de reno y azúcar.

Inventa recetas para hacer salsa de ortigas y puré de acederas.

Tenía para cenar sopa de cebolla y un trozo de ternera con acederas.

Cuando los romanos trataron de plantar viñedos aquí, solo cosecharon acederas.

Añade 12 colas de gambones pelados y remueve un par de minutos.

Los barcos subían toneladas de gambones a bordo, una tras otra.

Quizás se hubiera pasado todo el día al sol cargando gambones a paladas.

Si le tienes aprecio a la vida, los gambones ni tocarlos.

El teriyaki no parece haberles servido para macerar los gambones, no se nota excesivamente.

Doy un respigo y me agarro a sus bíceps porque temo caerme.

La señora Sentas dio un respigo y se encogió en su asiento.

Embiste con un poco de fuerza y doy un respigo soltando un chillido.

Su impertinente comentario atraviesa el ambiente y doy un respigo.

Al oír eso, lady Ombersley se enderezó de un respigo.

A veces el alma se pone aceda y uno debe cambiar de entorno.

Tenía la boca aceda y una desgana y un desplacer hondísimos.

Muchos son los que piensan que no es aceda la vida, sino superflua".

En México la única defensa posible del tratado era su fruta eventual, y la fruta estaba aceda.

El reproche es a veces murmuración aceda.

Clara y yo habíamos sido las benjaminas del Museo Arqueológico Nacional.

Sus habitantes las sabían mirar, como si fueran sus benjaminas.

Las sombras de los grandes ficus benjaminas estaban más alargadas en la arena, porque el sol empezaba ya a ocultarse.

Sabía que los coches tienen que cuidarse, de la misma manera que no ignoraba que las benjaminas conviene no regarlas demasiado.

En todo caso, en el momento en que se produjeron los hechos, solo las benjaminas Fox vivían con sus padres en Hydesville.

La existencia de esa mineta y su mantenimiento han exigido una especial delicadeza en la ejecución de los trabajos.

Le anuncio que le haré a usted eso que los franceses llaman mineta y los españoles, siempre tan vulgares, creo que mamada.

Secretario de Transporte: Norman Y. Mineta

Aferrado a su clarinete como si ya fuera extensión de su cuerpo estaba Jerson Steven Mineta Flores, de 25 años.

Luego bajé al PEOC, el centro de mando presidencial en caso de crisis y le pregunté a Norman Mineta (...).

Entonces Gabriel se ponía agreta y ella se pegaba unos sustos bárbaros.

Martín es más de los míos, más agreta, su esposa es más divertida.

Son temas más agreta, la parte más áspera del disco.

Tuvimos un ensayo brillante por la tranqulidad que se respiraba, por la armonía, no sonaba agreta.

Félix piensa enseguida en BamBam: en la posibilidad de verlo de vuelta y esta vez no comportarse como un agreta.

Los marinos apoyaron una escalerilla de adera contra el casco del buque por la que ayudaron a subir a bordo a los dos hermanos.

Nos rematarían, luego invadirían Adera y Umberwald.

Argentinos varados en Aruba Gentileza Lucía Adera Nosotros salimos muy poco, más que nada por nuestra hija, para distraerla.

Era moreno y apuesto, totalmente rasurado según la moda de Adera, y no se parecía a los demás actores que hacían de bufones.

Las hojas de achitabla y las setas de burro pueden valer para ancianos y mujeres, pero para ese gallego necesitaré algo más.

-Laachitabla de culebra es un veneno que provoca entumecimiento, parálisis y taquicardia.

Las columnas estaban agrietas y las paredes destruidas.

-Másrancia y te agrietas.

-¿ Ysilo agrietas?

Se le incautó un arma de fuego, tres pares de grietes, 6 teléfonos celulares y dos computadoras.

Durante algún tiempo le suavizó su casamiento con Hilda Grietes, la rubia hija de Jules, plantador alemán de poca importancia.

Por fortuna, el auto tropezó con un hoyanco y nadie se percató de otro atrancón brutal, el del corazón hiperestesiado de Dionisio.

Suspira hondo para ver si se le pasa el atrancón del plátano y es para peor: le sobrevienen las transpiraciones, expectoraciones, estertores, salivación.

Las mismas estrategias purgativas siguen las personas con bulimia, que presas de hambre desmedida y voraz se gratifican con grandes atrancones de forma compulsiva.

Por ejemplo, que haya 3,1 millones de afiliados implica una capacidad de atención muchísima más alta, ahí tenemos algunos atrancones.

Tenía su agua sabor amargo y por eso habíanla puesto fuente Agrilla.

Al despertar, quedaban sorprendidos ante todo aquello, llegando a sentir temor a las travesuras del hada, conocida por todos con el nombre de Agrilla.

Era un agrillo suave y perfumado, rosado de color.

Nosotros, los Gretes, siempre hemos tenido mucho olfato para lo militar.

Del otro lado de la carretera hay una acerilla de árboles jóvenes y distanciados.

Hacerlo significaba arrojarla a los leones y que la prensa la linchara.

No era nada raro que se linchara a un abolicionista.

Únicamente la intervención del oficial estadounidense que acompañaba al alemán impidió que la multitud linchara a Nietzki.

Una mujer escribió a Roberta Muldoon que abrigaba la esperanza de que una pandilla de los Oakland Raiders la linchara.

De manera que Medea y él se vieron obligados a huir de la ciudad para que la turbamulta no los linchara.

La acedera silvestre y el apio, tan excelentes antiescorbúticos, se encontraban también por todas partes.

Y habrá plantas: uva de gato, acedera silvestre, claytonias.

La salvia, la acedera silvestre y la maleza crecían sin contención allá donde terminaban los patios traseros.

Era un caldo sabroso, en el que nadaban unos dados de pan frito y unos trocitos de acedera silvestre.

En el Krasny-Log hay muchas acederas silvestres, no dejes de traerme.

Cambiaste la brochita por otra igual de fina, pero más áspera, de pelo de oreja de buey.

-¡Lecoseremos unas orejas de buey!

-Soloespero que no lo agrietes antes de ser templado -dijomi madre, con voz fría.

Napoleón dio descanso a sus hombres, y después avanzó rápidamente hacia el Tanaro.

Hay un dios llamado Tanaro, cuyo símbolo es el roble.

La villa, asentada sobre la orilla izquierda del río Tanaro, estaba en las inmediaciones de la línea de fuego.

Mientras los austríacos retrocedían para proteger su base de Pavía, la mitad sobreviviente de la fuerza piamontesa se afirmó a orillas del río Tanaro.

Umberto nació en Alessandria (Italia), "entre la Bormiba y el Tanaro", dos riachuelos en un apacible lugar del Piemonte, el 5 de enero de 1932.