El tono lánguido que había empleado al principio fue adquiriendo matices diferentes.

En el almacén de intendencia, el sargento le dijo en tono lánguido:

En Madrid he dejado... -explicaen un tono lánguido a la tendera.

Ella siguió avanzando, sin embargo, diciéndole en un tono lánguido, voluptuoso y cortés:

Por fin el padre Lorenzo, con tono lánguido y beatífico, exclamó:

Harper lo distraía hablándole de su estado en un tono lánguido, casi despreocupado.

Un instante después, se expresaba de nuevo en tono lánguido.

Devers echó una mirada a la otra silla, pero Brodrig dijo en tono lánguido

El tono lánguido de su voz no hacía justicia a la rapidez de sus reflejos.

Había pasado un mes cuando el joven noble se dirigió a él con tono lánguido.

Hablaba en tono lánguido, como paladeando todas las implicaciones del plan de sir Jameson Lang.

Se volvió y cerró la radio, que estaba puesta en un tono lánguido y amable.

Pasó de un tono molesto a un tono lánguido-.

Y de Martimpré añadía, con su tono lánguido:

Y los Stone Roses tenían un tono lánguido.

Sus ojos quedaron semiocultos, y su voz adoptó un tono lánguido e intencionado, a la vez.