Significados de vanidoso en español

El Brasil del poder, singularmente arrogante, es un ejemplo de cierta importancia.

No podemos considerar arrogante su siguiente movimiento porque demuestra sensibilidad y tacto.

Esta práctica arrogante y deshonesta no es característica particular del gobierno dominicano.

Por ello no era sorprendente que su respuesta fuese arrogante en extremo.

Quizás he sido demasiado arrogante, mostrándome demasiado segura Je mis propias decisiones.

Un presidente incapaz de reconocer sus errores ante los ciudadanos es soberbio.

Al contrario, era majestuoso en sus proporciones y soberbio en su economía.

Pero era demasiado joven y soberbio para rechazar un reto como aquel.

Tus hombres y tú habéis hecho un trabajo soberbio en breve tiempo.

Las novelas de Thomas Hardy ilustran esa condición logrando un soberbio efecto.

Se trata, pues, de un narciso al revés, un perverso, en fin.

Vestido, mantente tieso para él; botón, sigue en tu puesto; narciso, florece.

Uno de los problemas es que para el narciso no hay otros.

Y ello, sin duda, salda la deuda que tenías conmigo, hermoso narciso.

El aura de Agosto es de un amarillo narciso, intensa y clara.

Sin duda la libertad tiene allí un trono en cada espíritu altivo.

Demasiado altivo y, sin embargo, demasiado ignorante a pesar de sus estudios.

No obstante, el tono altivo y adoctrinador suscitaba sus respuestas más infantiles.

Antes de ser altivo hay que saber bien con quién debemos enfrentarnos.

Morel guardó un altivo silencio y propuso solamente una partida de naipes.

Un buen espadachín no presta atención a las palabras durante el combate.

Folar no era precisamente un espadachín; podía ser muy bien un carnicero.

El turco estaba en un error: tenían enfrente a un excelente espadachín.

No existen diez nadir que puedan superar a un solo espadachín gothir.

Por el contrario, dice que tienes madera para ser un excelente espadachín.

Pero en ningún modo se trata de un pelele o un fanfarrón.

Por otra parte, ¿por qué dar importancia a un fanfarrón de paso?

En aquella ocasión representaba la imagen del típico guerrero fanfarrón de Fenris.

Nunca se hablará lo suficiente de ese aspecto fanfarrón de los judíos.

Los británicos siempre han tenido a los norteamericanos por un pueblo fanfarrón.

Eres un bocazas, cuando se trata de asumir las consecuencias, te rajas.

El único error fue encargar el caso a un bocazas como Clavel.

Es un bocazas y esos no son capaces de ocultarse demasiado tiempo.

Un bocazas de Ateneo; pontificaba su sabiduría y su visión de lince.

Debimos sustituirlo por otro general menos bocazas cuando todavía estábamos a tiempo.

Si tenía un cargo importante, ¿acaso no habría presumido de su título?

Aunque a mí me parece recordar que jamás he presumido, en realidad.

O sencillamente, no me atrevería a escribirlo, quizá porque sería demasiado presumido.

Yo ya he presumido, quizás demasiado hace treinta y cuarenta años atrás.

Pero yo lo he hecho y he presumido de mi sexto sentido.

Los habitantes de la población despedían a las naves de modo altanero.

El conserje tenía el aspecto altanero y semiaristocrático de un mayordomo inglés.

Trata a su sirviente como a un extraño y de modo altanero.

Lorenzi, sin mirarlo, respondió con tono altanero, difícilmente apropiado en su situación:

Yo tuve la impresión de que su altanero espíritu se hallaba humillado.

Además, los edificios tenían un aspecto nada pretencioso que le infundió seguridad.

No podría afirmar que hay novedad en sentido estricto, además sería pretencioso.

Sistema de salud pretencioso que en la práctica deja mucho que desear.

Libertad recibe el pretencioso Capiatá, que quiere seguir entre los primeros lugares.

Sin embargo, este tipo le parece algo pretencioso y acaba por responder:

Estaba claro que Emma no dejaría sin respuesta un comentario tan fatuo.

Colombia es corpórea, una tierra, un país; el destino, un viento fatuo.

Tenía a disposición de aquel fatuo algo reciente que colmaría sus exigencias.

Y de nosotros depende que sea realidad o desaparezca como fuego fatuo.

Un fuego fatuo puede desaparecer a los pocos minutos o durar horas.

Era un tipo menudo con un grueso labio superior y aspecto pendenciero.

Había sido el puerto más pendenciero, ruidoso y pecador del mundo occidental.

Así que mi comportamiento pendenciero le cayó en gracia a aquel cazador.

Venía de un mundo pendenciero, de gritos e insultos, promesas y protestas.

A medida que seguía bebiendo se ponía un poco agresivo y pendenciero.

Dijo que eras un bravucón de mar y otras cosas muy desagradables.

Si estáis tratando meramente con un bravucón ordinario tendréis inmediatamente el control.

Por mucho que Finn estuviera lívido, no había perdido su carácter bravucón.

No sentían la menor simpatía por el difunto bravucón, hambriento de poder.

De forma regia, sacó su machete y lo blandió hacia el bravucón.

Es usted el jactancioso: habla basándose en nada más que una esperanza.

Cuando prestó declaración en octubre se mostró jactancioso en lugar de convincente.

Pero ahora está muy preocupado, trata de disimularlo bebiendo y resulta jactancioso.

Martin guardó silencio unos instantes, buscando el modo menos jactancioso de expresarse.

Justo en medio de ellos, me apuntaba un policía de aspecto jactancioso.

Jaime observó con curiosidad el atildado aspecto de deportista náutico de Andersen.

El docto cordobés respondió volviéndose al paso, con atildado y congénito empaque:

Y los dos patriarcas: uno, atildado y cortés; otro, tosco y mastuerzo.

Hube de admitir que las teorías del atildado Márquez podían ser correctas.

Al verlo, la primera palabra que acudía a la mente era: atildado.

Por lo demás, tenía más aspecto de camorrista portuario que de maestre.

Intuyen más o menos para qué familia camorrista trabajan, pero nada más.

El camorrista ya no importaba, como tampoco el agobiante y desacostumbrado trabajo.

Acaba de dejármelo claro: Dani no es, ni de lejos, un camorrista.

Zaf lucía contusiones recientes que le daban la apariencia de un camorrista.

Todo cuanto esos filósofos escriben no es sino juego vacuo de palabras.

La reiteración produce esos efectos en el infantilizado y vacuo mundo actual.

Porque al principio fuiste oscuro en el seno vacuo de la luz

A ella, por el contrario, todo aquello le sonaba a vacuo sonsonete.

Hablaba con un par de jóvenes y su rostro aparecía desdeñosamente vacuo.

Este condenado libro está más emperifollado que una mujer pública de Palanthas.

Quienquiera que la hubiera emperifollado así también había logrado absorberle la vida.

Boswell seguía tras él, acicalado y emperifollado al estilo del gran mundo.

Mientras avanzaba en primera, recalentado y emperifollado, el desfile adquirió proporciones fantásticas.

Cuando lo tiene bien emperifollado, salen a darlo todo a algún club.

Había tenido experiencias en lucha de cachorros y ya era algo valentón.

Estaba valentón en el envite; llegaba con la fuerza de una surada.

A pesar de su aire de valentón, Forest era todo un profesional.

Una sonrisa de satisfacción se pintó en el rostro del lenguaraz valentón.

Las bromas groseras del valentón hacían rugir de risa a la concurrencia.

El mío, eminentemente campesino y sencillo; el de ellos, urbano y encopetado.

Pero el ambiente resulta demasiado encopetado... Prefiero un poco más de llaneza.

Hay un grupo más encopetado que asiste a la ceremonia complacido y distante.

Pero recuerdo que hace una semana vino un caballero muy encopetado.

Preguntó al encopetado portero sobre qué se había edificado aquella monstruosidad.

Aquellos solo quieren cambiar de administradores, ponerle a un cuentero por otro.

Se tiene que ir acostumbrando de a poco a tu vocación de cuentero.

Pero... "hoy no faltará" le había dicho el camarero alcahuetón y cuentero.

Eso es una invención del cuentero periodista radial cusqueño Raúl Montesinos Espejo en 1973.

Mirandão, como quien no quiere la cosa, cruzó la calle en dirección al cuentero.

Un baladrón, de esos que tienen tantos jemes de lengua como pocos

Su Eminencia tenía sesenta y seis años y era un baladrón.

El caporal choteaba baladrón, por divertir y asegurar a su gente.

Perdonavidas, valentón y matasiete; baladrón y bocazas que se jacta de su valentía; milhombres.

Como un baladrón indomable se acercó hasta el templo satánico.

El chulo volvió a teclear, con un postinero entorne de párpados:

El Niño de Gloria, con el capote al brazo, hizo un quiebro postinero:

Llevaba gafas oscuras y un traje de lo más postinero.

Y estaba lo que se dice irremediablemente solo, incluso con mi abogado tan postinero.

Fumaba un cigarrito postinero, de color azul y filtro dorado.

El coro benévolo y cacareador de las vecinas rodeó a Antonia.

Penetró en el gallinero en busca de otro forcejeante cacareador.

Bacbac el ciego, un cacareador hinchado, es mi tercer hermano.

El gallo subió a la mesa de un salto, dispuesto a pelear con el loro cacareador.

El matador del Che es gallo cacareador, hombre de tres huevos, cien mujeres y mil hijos.

Pero hábleme de ese matasanos irlandés, de ese tragahombres.

Él fue alcanzado por una araña tragahombres.

Es una mujer disoluta y tragahombres.

A lo que el tragahombres estalló en sonora risotada y le comino a entregarse con la tripulación, la nave y cuanto transportaba.

El silencio que siguió a la guapeza del tragahombres de Tudanco, era tan fino que más de uno temió se le transparentaran los pensamientos.

Tiene puntos de contacto semántico con el tiquismiquis y el sietemachos.

Si todo el mundo murmura sobre tus aventuras y cómo sedujiste al sietemachos de Rapún.

-Estábien, Sietemachos -ledijo Metralla, riendo ante su expresión de disgusto-.

-¿Para qué querrás tú las gomas, sietemachos?

-Vayacon el sietemachos.

En el campo de la exageración literaria, Daniel Baciagalupo era un exagerador nato.

Los dragones fantasma luchaban sobre su cabeza, Rahu el exagerador y Ketu el bloqueador combatían para dominar su corazón.

En aquella época se hizo alegre y conversador, amigo de la estupidez, blando y sentimental; se exhibió concluido, exagerador de su vejez.

No deseo en modo alguno que se me cuente entre los exageradores de la excelencia china.

Los exageradores son los inertes de su época.

Con los frailes es alabancioso.

Sobre todo ello calla el escritor como callan los controladísimos periódicos, emisoras y canales de televisión en su mareo alabancioso y deificador del sátrapa.

Le dio una alabanciosa mirada, tan evidente que casi se diría libidinosa.

El pobre convaleciente asentía sin ningún entusiasmo a las alabanciosas explicaciones de su mujer.

Había risas alabanciosas entre el funcionariado.

Pero, a diferencia de Olepi, jamás apuntaba la jactancia en el rostro de Ahbleza, ni siquiera la pintura blasonadora.

Blasonador y embustero, había hecho creer a la gentuza que él era quien había cortado el cuello al gobernador de la Bastilla.

Ni momias ni momios agobiados, agobiantes, tufosos de talco y perfumes doce cuotas, y todo al escabeche.

De repente, una docena de troles tufosos aparecieron de la nada, a cuál más sucio, pegajoso y feo.

-Esostroles tufosos son carnívoros y muy peligrosos.