Con el ejercicio los músculos almacenan ácido láctico y esto provoca dolor.

Tenía la sensación de que sus músculos estaban saturados de ácido láctico.

Uno producía alcohol y el otro, ácido láctico, que agriaba el vino.

El ácido láctico le quemaba en los muslos y en las pantorrillas.

Si te paras, se te acumulará el ácido láctico en las pantorrillas.

Le faltaba el aliento y el ácido láctico le quemaba los muslos.

Al contener ácido láctico nos ayuda a combatir las manchas de nuestra piel.

Pero cada molécula de glucosa da origen a dos moléculas de ácido láctico.

El ácido láctico de los músculos le quema, pero no le da importancia.

Al cabo de un rato notó cómo el ácido láctico empezaba a ceder.

Hasse nota el ácido láctico en los brazos y las piernas.

Una forma sería hacer que el tatuaje fuera más sensible al ácido láctico.

No pensar en el ácido láctico agarrotando mis pantorrillas y cuádriceps.

Casi notaba cómo el ácido láctico se disolvía en los músculos.

Desde placas para iniciarse, hasta desplomes y cuevas donde hartarse de ácido láctico.

Tenía las piernas entumecidas, el cuerpo exhausto por el ácido láctico.