1
Nos habíamos conocido tres años antes en el gimnasio de Aquilo, donde yo iba regularmente a entrenarme.
2
Mi compañero habitual de pugilato se había roto la muñeca y el viejo Aquilo trajo a este tipo.
3
Inclináronse todas las frentes ante Su Majestad, doblándose las mujeres como frágiles y magníficos lirios ante el rey Aquilo.
4
Y tú, Aquilo, o Cíclades, o cualquiera que sea tu nombre, que conoces tan bien la historia... liderarás a los griegos en la batalla.
5
Aquilo, mi nombre en esta vida; en realidad sigo respondiendo mejor a mi otro nombre.
6
Aquilo, el viento norte, empuja cada vez con mayor fuerza contra nosotros, arrastrando a las aves de Roma.
7
-¿Lo has vuelto a buscar hoy en la arena, Aquilo?
8
Que pensará isto de aquilo?
9
¡Aquilo es otra cosa!
10
El segreto es aquilo...
11
* Aquilo: viento del norte.