En tiempos como éstos, la única postura lógica era un acendrado estoicismo.

Su apellido era, en cierto modo, garantía del más acendrado historicismo nacionalista.

En cualquier caso, era una niña bien incluso en su acendrado comunismo.

Así, está más viviente y personal en esta plegaria de acendrado lirismo.

Ese ámbito mítico hacía más resistente nuestro amor, más acendrado e invulnerable.

De todos modos, defendí mi botella con un acendrado instinto de propiedad.

No solo me inspira ya veneración, sino un amor puro y acendrado.

Mendoza lo miró con acendrado desdén, y le escupió en las botas.

Mi odio acendrado hacia ella asomó como un sabueso en mi expresión.

Aquel paisaje acendrado, inmovilizado, embalsamado de recuerdos, era el de sus historias.

Su serenidad de alabastro se quebró, dando paso a un odio acendrado.

Pero ya sabes que los musulmanes tienen un acendrado espíritu de clan.

Entre los colorados, su acendrado gorilismo era, en mayor medida, político y social.

Pocos políticos poseían ese acendrado toque de brillantez para cualquier empresa que emprendiera.

Aun así, tenía un acendrado e inquebrantable sentido de la confianza.

García Pérez es un jurisconsulto instruido, un liberal acendrado y un escritor independiente.