1
Todos esperaban las explicaciones del agareno, y lo observaban con indiscreta expectación.
2
Pero alegraos, estimado agareno, será mucho peor para Pelinor, que está esperándonos.
3
Solo le importa ganar esta ciudad para su señor, el miramamolín agareno.
4
Entonces presidía el Consejo y le profesaba un odio agareno a Patrocinio.
5
Carne más blanca no la has visto en tu vida, maldito agareno.
6
Sacó su propio puñal y lo arrojó al campo agareno con estas palabras:
7
No me atrevería siquiera a sugerirle que nos hagamos vasallos del sultán agareno.
8
En Calatrava, Faray, un agareno hispano, y en Oreja, Alí, un moabita almorávide.
9
Estamos en medio del reino agareno, y esos moros esperarán a que nos rindamos.
10
Se armaba con daga curva, al estilo agareno, con empuñadura de oro y pedrería.
11
Alguno acabaría de eunuco en el harén de algún agareno.
12
Y para compensar lo de agareno, añadió con sencillez:
13
El Mauled, el aniversario del Profeta agareno; ¿qué significado tiene para nosotros los cristianos esa fiesta?
14
La suerte ha sido igual para todos: el alfanje agareno no ha distinguido traidores de leales.
15
Así se originó, según el poético relato bíblico, el pueblo árabe, llamado también ismaelita o agareno.
16
Abandonó el monasterio para servir al califa agareno.