Únicamente su íntegro carácter le impedía anhelar la muerte de la joven.

Resultaba irónico anhelar la muerte que constantemente trataba de evitar.

Parecía anhelar la muerte, única salida para tanto sufrimiento.

Detesto la debilidad que me hace anhelar la muerte, la suma final de mi ecuación rebelde.

Al final acabas por anhelar la muerte.

Igual que hice en la orilla del mar salado donde nada puede vivir, vuelvo a anhelar la muerte.

Un dolor que le atenazaba el cuerpo entero, y una desesperación tan inmensa que le había hecho anhelar la muerte.

Radnor estaba lo bastante recuperado para no anhelar la muerte como un final al sufrimiento, sino para verla como un paso irrevocable hacia el olvido.

Ignacio se alegraba con estas noticias, pero la alegría le duraba poco y volvía a caer en la depresión que le hacía anhelar la muerte.

Mi campo es amplio, puesto que todas las cosas anhelan la muerte.

No es que anhelara la muerte, pero cuando llegara no se resistiría.

Dudaba que durara mucho tiempo, sabía de sobra que anhelaba la muerte.

La enferma pasó los últimos meses de su vida anhelando la muerte.

Mora ahí algo perverso que anhela la muerte de la Gran Esposa.

No era de extrañar, pensó, que algunas personas, muchas personas, anhelaran la muerte.

En aquel momento, al fin, anhelaba la muerte como un samurái.