El interior apestaba a naftalina y el asiento estaba lleno de polvo.

Apestaban a naftalina, pero estaban limpias y se veían casi nuevas.

Se trataba de un angosto trastero que apestaba a naftalina.

El aire todavía apestaba a naftalina y a moho.

Y, por si fuera poco, apestaban a naftalina.

Llevaba una túnica gris, de cuello alto, que no le quedaba bien y que apestaba a naftalina.

En el interior, que apestaba a naftalina, humo y pobreza, unos anchísimos armarios cubrían prácticamente todo el perímetro.

Por lo menos habría que limpiar los pocos que aún se pudieran usar, y que apestaban a naftalina.

-Estáarriba, en el dormitorio, probándose ropa que apesta a naftalina.

La habitación apestaba a naftalina-

Solo había una cama que chirriaba, un armario viejo que apestaba a naftalina y una pequeña ventana que daba al jardín.

Fue una de esas bodas importantes, a las cuales solo asisten señoras que estrenan sombrero y señores con chaqués que apestan a naftalina.

Y allí estaba él, luchando contra un anciano convertido en zombi en un húmedo apartamento que apestaba a naftalina y a algo peor.