Te doy la razón -asintióJuan dando un trago de su cerveza.

-Muchas gracias, mi señor -asintióJuan inclinándose reverencialmente ante Muhámmad.

-Sí ,Excelencia-asintióJuan, nerviosamente complacido de que el famoso general supiera aquello.

-Loacabo de ver ahí fuera -asintióJuan señalando vagamente hacia la calle-.

-Unresumen perfecto -asintióJuan con toda la amabilidad que pudo-.

-Entiendo-asintióJuan de Loyola-,¿y qué dice tu hijo?, ¿va a ir?

-Algode eso -asintióJuan, reacio a dar demasiadas explicaciones-.

-Porsupuesto, tesoro -asintióJuan tras besarla en los labios.

-Creo que sí... Sí, sin duda, asistiré -asintióJuan.

- Ylamía Tomi... y la mía -asintióJuan emocionándole.

-Esprobable que estés en lo cierto -asintióJuan-.

-Claro-asintióJuan de la Cosa-,yo lo haré.

-Noestá mal -asintióJuan al tiempo que contemplaba a sus anchas a la mujer.

-Selo diremos a Lang -asintióJuan-,pero no quiero que la información se difunda.

-Esetipo de llamadas es muy corriente -asintióJuan-.

-Puespor mí de acuerdo -asintióJuan, despreocupado.