Su rostro, marchito como un bejín seco, no traicionaba ninguna emoción.

Vamos, que tiene el ego del tamaño de un bejín gigante.

Durante varios años también me pareció interesante un preparado a base de bejín común.

Inmediatamente aplica sobre la herida un apósito de pasas en polvo, hongo bejín y alumbre.

Hacerlo es propio de un bejín cobarde y mezquino.

Una esfera, roja y plateada, del tamaño de un bejín, permanecía suspendida, alejándose y retrocediendo alternativamente.

Empieza a parecer un gran bejín rosa.

La parte superior del brazo, hinchada como un bejín, no guarda proporción con el resto del cuerpo.

Ahora somos nosotros el bejín gigante al que alguien ha dado una insultante patada por el mero placer de hacerlo.

Comprendo que este es el momento de intervenir, de levantar las manos y exponer mi versión y hablar del bejín seco.

Parecía a punto de recordarlo, pero al instante se esfumó, hizo "puf" como las esporas del bejín al pisarlo.

Como todo ello pesaba unas tres libras, era un arma temible, capaz de partir un cráneo humano como si fuese un bejín.

Más lejos descubrió otro bejín, de la segunda generación, irguiéndose como un huevo de ave Roe por entre un matorral anormalmente denso.

Le había ofrecido el hongo bejín como si fuera un requisito y "Nerón", confiando ciegamente en él, se lo había comido.

También hacían apósitos con musgo esfagnáceo seco y con las esporas del bejín o cuesco de lobo (con perdón), dos plantas igualmente antibióticas.

A esa hora, detrás de la puerta, un bejín sembraba en aquel microcosmos negro de la noche la fluorescencia contagiosa de las noches de estío.