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En la práctica el número de bosones no es en absoluto constante.
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Los bosones actúan de un modo exactamente opuesto al de los fermiones.
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Evidentemente, su número no se conserva, así que han de ser bosones.
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El efecto que todo esto ejerce sobre los bosones vectoriales es drástico.
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En la interacción débil los bosones vectoriales intermedios aparecen en tres variedades.
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Los bosones son una de las dos clases fundamentales de partícula subatómica.
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Los bosones no obedecen el principio de exclusión de Pauli; los fermiones sí.
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Y como bosones, los pares de electrones pueden compartir la misma energía mínima.
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Por ejemplo, ella prevería índices de interacción ridículamente altos para los bosones gauge.
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Las partículas pueden ser contadas de dos formas: como fermiones y como bosones.
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Además, tenemos el fotón y los tres bosones intermediarios de la fuerza débil.
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Fermiones y bosones desempeñan papeles muy diferentes en el gran diseño.
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Los bosones gauge débiles, al contrario que el fotón, tienen masas no nulas.
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El principio se aplica a fermiones de cualquier tipo, pero no a bosones.
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Pero las transformaciones supersimétricas intercambian partículas que son manifiestamente diferentes: fermiones y bosones.
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Catástrofes más inverosímiles amenazan las fábricas de bosones de la nube de Oort.
