Y Joyeuse, a fuer de buen cortesano, saludó a derecha e izquierda.

Pero era ya demasiado buen cortesano para ceder a tal inclinación.

Para ser buen cortesano hay que saber mentir con una sonrisa.

En verdad, señor de Manicamp, no os creía tan buen cortesano.

Laussac, como buen cortesano, no perdió la sonrisa delante del rey.

Permítame usted que me arrodille a sus pies, como cumple a un buen cortesano.

No ha sido nunca buen cortesano por sí mismo, aunque siempre tuvo intención de serlo.

Reaccionando como un buen cortesano, Rire Grist dijo rápidamente:

Monsieur de Louvois, como buen cortesano, hizo lo mismo.

El príncipe, como buen cortesano, se informaba de la salud de las sobrinas de Su Eminencia.

Como buen cortesano, Gawain era un excelente bailarín.

Un buen cortesano nunca comenta ninguna verdad desagradable.

En verdad, ¿no soy un buen cortesano?

Aunque ya está muy retirado les presta servicios, un buen cortesano, de los de hace veinte o más años.

Y yo, aunque sea capaz de quebrar las reglas haciendo poesía de mis sentimientos, quiero ser un buen cortesano.

Thomas Howard se encogió de hombros, pues era demasiado buen cortesano para decir algo en contra de su propio país.