Enorme distensión de músculos en ojos y boca declaraba el estupor del buenpresbítero.
2
El buenpresbítero entendió que aquél era un reto que le ponía delante la providencia.
3
A ratos lloraba el buenpresbítero, sin que su amigo obtuviese de él explicaciones sobre los motivos de su pena.
4
Al acostarse, tuvo conocimiento de todo lo que el buenpresbítero le decía, y que en extracto a continuación se refiere:
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Mientras recibía el buenpresbítero tantos y tan valiosos parabienes, en los escaños altos de enfrente se levantaba un hombre regordete, calvo y bigotudo.