Tenía los ojos oscuros y prometedores y los cabellos atados con una cinta azul.

Olía mal, estaba sucia y con los cabellos atados en una trenza mal hecha.

Llevaba los largos cabellos atados con una cinta negra.

Caderas fuertes, dibujadas, vestido holgado, los pechos saltan tensos bajo la ropa, cabellos atados atrás.

Llevaba los cabellos atados a la espalda bajo un sombrero cuadrado, con un bordado ornamental apenas perceptible.

Luego, unió aquellos cabellos atados a la pata de su halcón, lo cogió entre sus manos y abrió la ventana.

Estaban con el cuerpo desnudo hasta la cintura y los cabellos atados sobre la nuca con una cinta de lienzo.

Como en el pasado, llevaba los cabellos atados con cintas y vestía de azul pálido, con un collar de cobre bruñido.

Otras tenían los rizados cabellos atados con guirnaldas de rosas y otras flores, y las lustrosas frentes sombreadas con rizos como zarcillos.

Los muchachos usaban levitas, con hileras de brillantes botones de bronce, y los cabellos atados en la nuca, siguiendo la moda de entonces.

En el umbral de la puerta acababa de aparecer un muchacho delgado, con los largos cabellos atados con una cinta de color escarlata.

La madre, con los cabellos atados en una trenza y con una tímida sonrisa, en esta noche tormentosa parecía mayor, más fea y más baja.