Alrededor se amontonaban toda clase de cachivaches polvorientos y roñosos.

La tienda está llena de maravillosas porcelanas, así como de una montaña de cachivaches polvorientos.

Y ahí estaba el retrato entre otros cachivaches polvorientos, semioculto, cubierto a medias por una manta.

Tras su cortina se esconden un montón de cachivaches polvorientos, un poco de esto, un poco de aquello, un poco de lo de más allá.

¿Acaso no se estaba dejando aniquilar por un puñado de cachivaches polvorientos?