Vio en el camal del pantalón, a la altura de la pantorrilla, una mancha de sangre.

Coral se agachó y se levantó el camal del pantalón para revelar la vaina de un cuchillo.

Levanté despacio el camal del pantalón y bajé el calcetín hasta dejar a la vista una herida abierta, purulenta y con los bordes necrosados.

Mientras metían dentro al francés, uno de los camales del pantalón se le enrolló hasta la ingle.

Ah, y bájate los camales del pantalón o te quemarás las piernas con el tubo de escape.