Los soldados se hallaban tumbados en camastros hechos de alambres entrecruzados sobre un marco de madera.

Había camastros hechos con mantas deshilachadas, tapices arrancados de las paredes y el grueso damasco de las cortinas.

No había catres, solo unos camastros hechos con paja o con cualquier otra cosa que los hombres pudieran amontonar.

Empezóa moverse hacia el centro de la habitación, entre los sacos de dormir y los camastros hechos con diarios.

Esta vez, y a pesar de un improbable calabobos en el extremo climatológico madrileño, se improvisaron camastros hechos de cartones.

Apenas disponían de agua para lavarse, dormían sobre camastros hechos con ramas para elevarlos del suelo y aislarlos de la humedad.