1
Idacio tomó una candela de sebo y la prendió en la antorcha.
2
Lo de la candela de sebo pasó como va a leerse:
3
No ahora, porque el caso no tiene nada que ver con la candela de sebo.
4
Sintió entonces el olor de la candela de sebo.
5
En el cual se da cuenta y razón del misterioso desaparecimiento de cierta candela de sebo.
6
Una mano se posó en mi hombro y me acercó la candela de sebo a la cara.
7
Su suerte lo hizo quedar al lado de la candela de sebo, famosa también por más de un motivo.
8
Cuando el cardenal hubo terminado su historia, Jonathan se levantó y cambió la candela de sebo en la linterna.
9
Enciende una candela de sebo y comprueba que la pieza principal está en orden, tal y como la dejó hace unas horas.
10
Dafydd y Nansi estaban en la cocina cuando Hywel entró en ella; la habitación estaba pobremente iluminada con una candela de sebo.
11
Encendí la candela de sebo sobre la mesa y me tendí en la piel de carnero, cansado y soñoliento después del largo viaje.
12
Tras una cortina de tela gris ardía una candela de sebo, iluminando una jarra de arcilla roja, ventruda y provista de dos asas redondas.
13
Cada mesa estaba iluminada por dos gruesas candelas de sebo de buey.
14
Dos candelas de sebo crepitaban a sus espaldas en el borde del lecho.
15
Nada más que dos lúgubres candelas de sebo, cada cual envuelta en un papel.
16
Al mes de zarpar ya no había candelas de sebo.