Diez años después, el Emperador, seducido por su oratoria, le nombró predicador y capellán real.

No sabía que hubiese sido jamás el capellán real.

Una vez a bordo de las galeras, los forzados caían bajo la responsabilidad de Vicente como capellán real.

Su título oficial era el de purohita, lo que significaba, más o menos, que era el capellán real.

A estos efectos, Vicente obtuvo autorización para delegar su cargo de capellán real en el superior de la casa.

Ahora era un capellán real, confesor y confidente del rey, y las responsabilidades habían labrado surcos en su rostro.

Pero un capellán real, ¿eh?

Los salarios a los africanos locales se pagaron en florines en vez de reales, y un predicador laico sustituyó al capellán real.

Siempre estuvo próximo a mí; primero en Burgos, luego en la hueste del rey como capellán real...

El capellán real era de vital importancia para los planes suyos, pero antes era necesario corromperlo más allá de toda esperanza de redención.

Y que yo había dejado de ser canónigo del Sacromonte y era ya capellán real de la Capilla de los Señores Reyes Católicos.

El buen obispo de Jaén llegó a pedirles a los Reyes Católicos que no otorgaran a su hijo el cargo de capellán real.

Siendo capellán real en la década de 1360, formuló ideas muy atractivas para el gobierno acerca de las relaciones entre la Iglesia y el Estado.

Padre Jesús del Gran Poder (la de las ocho de la mañana será oficiada por el canónigo y capellán real Francisco J. Ortiz).

-DonTeodoro, el capellán real, os espera en la capilla.

Soy uno de los capellanes reales y no vi nada improcedente durante la ausencia del divino faraón de la ciudad y la corte.