El historiador Ovidio Capiton llegó a negar el milagro de su origen.
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Hace unos días Fonteyo Capiton el joven me ofreció a cambio de ella tres maravillosos mancebos de Clazomene.
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"Wolfgang Fabricius, llamado Capiton, era el que más curiosidad despertaba en mí.
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Tenías algunos asuntos que resolver y hasta ahora no has podido reunirte con tu mujer, que vino para hablar con Capiton.
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Me lo encontré en una sola ocasión, en casa de Capiton: un hombre sombrío y serio, aterrorizado por la desolación de los tiempos.
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No hubo que esperar mucho para que Capiton y Bucero respondieran a nuestras provocaciones, introduciendo sutiles distinciones entre baptistas "pacíficos" y baptistas "sediciosos".