1
Dientes y el Peque fueron hasta la casa del ferretero.
2
Al día siguiente pasaron por la casa del ferretero y el perro no estaba acostado en el felpudo.
3
Había estado escondido en casa del ferretero Raúl Pujol de quien dependía buena parte de nuestra intendencia en la sierra.
4
Por la noche, viejos y jóvenes se reunieron en casa del ferretero y salmodiaron unos versículos hasta bien entrada la noche.
5
El Peque caminaba un poco más atrás, como si Dientes fuera el único que supiera el camino hacia la casa del ferretero.
6
Por ejemplo, unos diez días después de haber ganado en casa del ferretero gordo, volvimos a jugar con él y con su amigo aparejador.