Durante la Guerra Civil, como se analizará más adelante, el catalanismo de izquierdas se quedó sin espacio político.

Allí el líder indiscutible del catalanismo de izquierdas había sido Maciá, a quien se ha comparado con Garibaldi.

Y ésta es una de las pocas simbologías que el catalanismo conservador ha conseguido imponer al catalanismo de izquierdas.

Al fracasar, se creó en Cataluña un sentimiento de agravio que fue pronto recogido por el catalanismo de izquierdas.

Durante el período de la Dictadura se fue gestando, por tanto, la transformación del catalanismo conservador en un catalanismo de izquierdas.

Además, justo a partir de la instauración de la dictadura, la Lliga comienza su declinación que dejará paso al catalanismo de izquierdas.

El catalanismo de izquierdas, como buen movimiento revolucionario, nunca reconoció la paternidad cultural de los conservadores y se presentó como el genuino catalanismo.