Simon era un hombre, difícilmente utilizaría papel rosa perfumado con una cenefa de flores.

La segunda página era una carta escrita a mano en papel pautado con cenefa de flores.

Se acordaba muy bien de aquella habitación: las paredes pintadas, la cenefa de flores junto al techo.

Tampoco había moqueta, solo un trozo de linóleo verde mal ajustado, con una cenefa de flores de lis.

Los platos de porcelana de Limoges son blancos y con una pequeña cenefa de flores amarillas en el borde.

Sobre el respaldo estaba el tapiz que la propia madre había decorado con una cenefa de flores bordadas y frases piadosas.

Era su favorita, de pálido color amarillo con una cenefa de flores azules, por las que le habían puesto el nombre.

El papel de la pared era un estampado de franjas rosadas y blancas con una cenefa de flores en la parte superior.

Echó un vistazo a una hoja de papel amarillo pálido con una elaborada cenefa de flores que tenía apretada en su mano.

Una cenefa de flores estilizadas rodeaba la modesta tapa del volumen, que mostraba la misma inscripción en la cubierta y en la contraportada.

Hubiera deseado entregar personalmente la proclama, escrita en el mejor pergamino que podía comprarse con dinero y decorada con una cenefa de flores secas.

Sus hebras son de color azul cobalto y oro, está rodeado de una cenefa de flores y el motivo central es una lámpara votiva.

Esos chales eran la última moda de Londres, tejidos a mano en Persia y acabados con una cenefa de flores bordadas y flecos de seda.

Era dos veces ella: una con un vestido blanco rematado con una cenefa de flores bordadas; otra, ya mayor, la misma Dolores con largas trenzas.

-Vardon...-Hollymiró el brocado del sofá, pasando un dedo por la cenefa de flores de lis doradas y rojas-.